jueves, 1 de abril de 2010

En ello laboramos

Mentiría si excusase la falta de actualizaciones con algo que no fuera mi desidia, bueno, aun así, he estado ocupado.

Y os doy la primicia: llevo dedicando los segundillos de creación que la vida me brinda a la redacción de una novela, una señora(señorita de momento) novela, una nivolilla de las que ya no se hacen, de las de hombres duros venidos a menos que se desploman con su mundo en las calles de una ciudad sin ley, mientras una sinécdoque rabiosa hace presa en su rodilla, postrándoles, con los ojos en blanco, retorciéndose de dolor ven el mundo, se miran mutuamente a los ojos, y gritan.

En eso trabajo, entre párrafo y párrafo, escribo poemillas, soy hombre polifacético, de polisémica interpretación, disfrutadme.
No.
No me quedan huevos,
Ni fuerzas,
Ni una triste oportunidad…
¿Cómo volver a levantarme…
Si tantas veces me tumbo la vida?
Que me venga ahora…
El cuchillo trapero,
La navaja enmohecida,
El filo rajante, del inesperado traspié.
Que venga rápido
Tan rápido como llegaron las despedidas
Los adioses recalcitrantes, esas obstinadas miradas
Que a mala hostia me lanzabas
Desde las vías del tren
Cuando bajan las barreras
Y suenan tintineantes las luces del azar
Cuando volaba rasante el acero
A ti se te ocurrió, dejar de caminar


Realmente, no valgo como poeta. Guardadme el secreto.

2 comentarios:

  1. ¿Por qué no?... Bueno, la verdad es que me parecen unos textos siempre interesantes los que encuentro aquí y allí...(ya sabes dónde me refiero). Éste tiene mucha fuerza, mucha ira... Escribir, es lo importante. Un abrazo.

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  2. Da igual como de negra sea la situación, siempre habrá un milímetro, una micra que te pertenezca, una en la que seas libre de elegir que hacer. Y ahí, amigo, en ese milímetro, en ese suspiro es en el que se esconde lo que eres, tu dignidad, tu valor o tu falta de los mismos.

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