miércoles, 7 de julio de 2010

El tahúr no juega limpio.

Me preguntan por el título del Blog, o no, no lo hacen, pero es bueno a veces explicar el porqué de las cosas.

Así que me dejo de poemas, de cuentecillos y de coñas. Un alto el fuego en toda regla, para explicar una metáfora de forajidos y revólveres.





“¿Por qué ruleta?”

Porque hay tahúres que nos malacostumbramos, a perder haciendo trampas, a jugarnos una mala mano, a pensar que solo hay una bala en el tambor.

Cosas de creerse más listo que la Suerte, que la tientas para que caiga en tu trampa, nos exponemos como cebo, que más nos dará. Tampoco perdemos nada.

Ella nunca nos sonrió, enjaulada es como estas más guapa, no me gruñas desde detrás de los barrotes coño, no fuerces los grilletes, gime, bien, que yo no te suelto.

Eso, recuérdame el cinismo que hay en autodenominarse tahúr, lo hijoputa que me pongo cuando me vanaglorio de todas las jugarretas que te he hecho.

Que te jodan.

“¿Por qué rusa?”

Porque el precio de este juego es tu pellejo, no te olvides, no te excuses, esto se acaba, un día cuando el verso arrecié, se acercará taciturna a ti, acariciará melosa tu piel muerta, tus costras, tus uñas cortadas, tu pelo caído, las legañas secas que te habías quitado al despertar.

Y te mirará, como se mira la carne poco hecha, a las tostadas quemadas. Sin saber por donde cogerte extenderá el brazo y te palpará la cara.

¿Qué se espera encontrar? Deshechos en la comisura de los labios, pelotillas en la nariz, ecos de otras eras en los oídos, la mirada del que espera en los ojos.

Tampoco habrá más, buscara algo que os una, y encontrará un corazón latiendo lento, perezoso. Como el suyo.

El tiempo se parará, pero aun tiritarán azules los astros a lo lejos, aun se forjará la historia muerto a muerto, se olvidarán amores, se recordarán osos blancos, los relojes marcarán la hora, algunos la buena, otros la suya propia.

Se irá el estéreo, después el mono, te quedaras sordo, el calor te dejará, detrás de él la luz, y ahí permanecerás, aislado. En estado de llanto quebrado, con agua caliente cayéndote por los hombros.

Te morirás, como me pasará a mí, habrá un punto final, después de todos los puntos y seguido, y los paréntesis y los puntos y aparte.

Aun estas tiempo de hacer borrón y cuenta nueva, arranca todas las páginas que quieras. Te quedan las que te quedan.

“¿Por qué a seis balas?”

Balas…porque debo de ser un inconsciente, un ingenuo o simplemente imbécil. Pero aun tengo la esperanza de que mi merecida mala suerte desaparezca, de que las balas se desvíen por arte de magia. Difícil. El arma la empuño yo y disparo a quemarropa.

El mundo se cambia a tiros, se usen balas de plomo o de tinta. “¿Quieres cambiar el mundo capullo? Pues cámbiate primero a ti”.

Por eso me estoy apuntando, soy mi primera Bastilla. Caerán otras, torres más altas, palacios de invierno… para esos me guardo las otras cinco.

Como Clint Eastwood planteó en una situación no muy distinta a esta:

"El mundo se divide en dos categorías: los que tienen el revólver cargado y los que cavan. Yo tengo pistola, así que tú cavas".

1 comentario:

  1. Todos nos moriremos, es bueno recordarlo para saber qué es lo importante. ¿La buena estrella? ¿La mala suerte? Van y vienen. Ya volverá.
    Un saludo.

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