jueves, 21 de octubre de 2010

Niega el apóstata y ríe el gallo.





Dios se levanta ronco por las mañanas, se estira y cierra la ventana; los años no perdonan, el azul de los ojos ya no le huele a mar; le cuelgan tibios los brazos y su cuerpo de acero, que tantos astros colgó del cielo flaquea.

De ese mármol queda ahora la gravilla, grava gris que se deja calentar al sol, grava gris que todo lo ve y que ya nada entiende.

Dios silba soleas desde su ventana.

De pascuas a ramos le brilla la aureola, él se ruboriza y mira al infinito, piensa en esas muchachas que le nombran jadeantes, con los dedos de los pies cruzados y un infierno congelado en el bajo vientre. Y sonríe.

En la plaza los niños juegan, se creen bombarderos o dinosaurios y persiguen palomas; que rompen a volar, esquivando las piedras que les lanzan esos pequeños efes-dieciocho.

Y Dios se cabrea, porque ya no le quedan mejillas, ni carrillos, ni articulaciones sanas que tender a nadie. De tender solo le quedan las pinzas y se dedica a lanzárselas a esos críos; que solo saben apedrearle su viejo espíritu de buen pastor.

Un espíritu dolido, que recuerda veranos pasados. Noches de vilezas, de besos vacios; noches de mar y tormenta, pero también tantas noches de soledad.

Resuena el timbre de Dios. Que si le interesaría a usted hacerse de Endesa; los años se han llevado su paciencia, les cierra de portazo y busca sus rayos.

Estarán en el desván, concluye; con todos los cachivaches de juventud, de esos tiempos lejanos en los que firmaba como Zeús en el papiro y en los vientres de sus musas.

Aún las recuerda, sueña con ellas, las llora; Europa, vieja desgraciada, la tienen bien puteada, encorvada y sin dientes; murió su ambición, la avaricia la envileció, ahora solo queda la desidia del que espera el descanso del nicho con la mente en blanco, sin pensar en nada ni nadie, fumando, comiendo, riendo, intentando no sentir.

Por no llorar.

Dios llora. No le queda tabaco y cada vez que le pega un lingotazo a esa vieja botella de vino aguado le asalta la nostalgia.

Se sienta en la mecedora y se enciende el puro de las grandes ocasiones, un Montecristo, valga la paradoja; juega con la vitola, se anilla el dedo con ella.

María… más sencilla que la vieja Europa, tan aséptica y mojigata… Una digna madre para un chiquillo, pero no era lo que una vieja deidad, de nudillos cansados y cejas canas busca.

El había sido un poeta, de los de verso certero, tasca barata y bastante mala hostia. No quería esposas fieles, ni palomas blancas. Quería fiestas obscenas en casa del rufián de Barrabás, una pena que por disputas familiares no le llegaran nunca a invitar.

El seguía con sus versos, colgando lunas del cielo, separando los mares, iluminando el sino de los hombres en su corazón, haciendo prender zarzas, resucitando y echándose otra vez a descansar.

Dios se levanta, con el convencimiento rugiéndole en el pecho, con la determinación brillándole en sus tres ojos grises, le tiembla el labio, marcando ritmo de salmo, soniquete de violín, de esos que viejos amigos hacían sonar cuando les ponía la mano en el hombro.

Dios acaricia sus libros viejos, sus versos, sus hazañas, su vida; con dulzura, con ese tacto suyo de viejo poeta. Y ya no le pesa tanto esa cruz. Se va volando la culpabilidad.

El viejo cabrón rompe a reír, ve bajar el telón y gracias da de no estar en escena.

A voz en grito se cisca en el Diablo y retoma la botella.

Las palomas de su alfeizar echan a volar.

Sobrevuelan Gran Vía y tienen el intestino bien cargado.

Me llevo un clínex al hombro, está claro que si de algo me tenía que empapar en esta historia no iba a ser del espíritu santo, ni del puñetero mana.



-. Dicho todo esto sin ningún tipo de ánimo de ofender, si alguien se ofende (algún cristiano fundamentalista pedorro) que sepa que no me retracto de nada, que Dios es ante todo un personaje literario y que esto carece totalmente de literalidad. La foto de un tal Miguel Ángel, que en esto de ilustrar historias sacras, los miguelángeles son un gremio que se prodiga. Creo que es barcelonés, tiene un talento que salpica todo lo que su cámara toca: http://www.flickr.com/photos/migajiro Echadle un vistazo, aunque solo sea por las modelos y musas que trabajan con él.

2 comentarios:

  1. Desasosegante este texto, amigo. La verdad es que cada vez me gusta más leerte. Hoy lo hago desde Jaca, me he venido a relajarme unos días. Un abrazo pirenaico.

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  2. Muchos gracias amigo Marcos; me alegra desasosegarte teniendo tanto aire fresco y el olorcillo a pino al otro lado de la ventana, así queda todo en un pequeño sobresalto. Que disfrutes del norte, un abrazo.

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