martes, 11 de enero de 2011

El credo del incrédulo.





"(...)

Sonará a tópico, o a tontería, o a reflexión de parvulario pero yo nunca quise esto, no quise escribir un obituario a mi voz poética. Pero visto que la vis cómica ya está más que enterrada y que a mi ingenuidad se la están comiendo desde hace rato los gusanos ahí va eso:



Creo en la literatura, creo en el amor, creo en la libertad, creo en el socialismo como realidad política factible, creo en el futuro, creo en un intelectualidad sincera, creo que el hombre puede conocer y querer al mundo, creo que la fe es una patraña y que lo que realmente mueve montañas es el valor, creo que sobrevaloramos a los imposibles, creo que tampoco escribo tan mal, creo en mí, creo en Hemingway y creo en Bob Dylan cuando dice aquello de que los tiempos van a cambiar o que dura lluvia nos espera.

Creo en los avisos de bomba por falsos que sean, creo que realmente vale más la pena intentarlo que acobardarse, creo que
Goya no ha sido superado como pintor, creo que la televisión roba más almas que todas las religiones juntas y creo que Dios de existir perdonara mi ateísmo.

Creo en la justicia por encima de la igualdad, creo en el perdón de los pecados pero también creo que el hombre puede rehacerse un número finito de veces, creo que hay momentos en los que toca o dar un puñetazo sobre la mesa o callarse y hagas una cosa o la otra vas a tener que acarrear con las consecuencias.

Creo, realmente, que no soy quien quiero ser. Creo que mañana saldrá el sol, y que será el mismo que ayer, aunque brillen ojos nuevos bajo él.

Creo, que estoy hasta las
cojones de no poder decir que me cago en la pedantería del saber universitario que calla y otorga, que no rechista ni sale a la calle, estoy cansado de tener que tragar con la haraganería del pueblo al que pertenezco, de tener que sufrir el ser gobernado, y de forma directa cohibido por un gobierno que es cuanto menos inepto.

Creo que aun quiero cambiar el mundo, olvidar que los reyes magos son los padres o afrontarlo de verdad de una
puñetera vez. Quiero que mañana cuando me ponga al otro lado del teclado mi voz no este muerta sino otra vez al pie del cañón.

Creo que quiero ser feliz y que me da miedo intentarlo, y no sé si por miedo a fracasar o miedo a lograrlo. Yo que siempre odie los focos creo que se acerca la hora en la que mi sombra tenga que ser alargada.

Creo en todo eso y por eso mismo cuando me miro en el espejo no me siento escritor. Y aunque nunca lo vaya admitir por eso mismo es por lo que deseo con toda mi alma escribir, y contar una historia que valga de algo, no una historia de mentira. No una historia de mentiras. Nada que
huela a manido, o a bar, a bar viejo de esos que te ahumaban las neuronas, no a los bares fruto de esa ascética correción idealista de la izquierda.

Quiero una historia que merezca la pena ser contada, quiero sentir que tengo algo que contar."





-.La foto de Ángel Soler y el texto un fragmente de uno mío, grande, preciso y sincero como un cojón al descubierto. Una de esas cosas que no se pueden colgar a la ligera en internet, pero la conclusión me ha parecido tan digna que he creído que valía la pena airearla. Así además actualizo esto.



4 comentarios:

  1. Creo en todo eso y por eso mismo cuando me miro en el espejo no me siento escritor. Y aunque nunca lo vaya admitir por eso mismo es por lo que deseo con toda mi alma escribir.. ( Triste pero cierto, a mi también me pasa ;) )

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  2. Es un sinsentido pero bueno, así son los sentimientos.

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  3. Muy buena la frase que destaca Adriana pero, en genral, me ha gustado mucho; tiene mucha fuerza y rebeldía. Siempre hay algo que contar así que ánmo. Un saludo.

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  4. Gracias Marcos, tienes razón, siempre hay algo que contar,un saludo y cuídate.

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