lunes, 8 de marzo de 2010

Filósofo busca trabajo (abstenerse circos y putiferios sadomasoquistas)

Envidio, soy humano y hay veces que la envidia me corroe, hay veces que me canso de mi traje de piel arrugada, truncada con cicatrices de vivencias que no me gustaría tener que recordar y de granos que me recuerdan mi estado perpetuo de tío-repugnante.

Y en estos episodios de envidia a veces irracional hay veces que me apetecería ser asocial, más aun, completamente huraño, desligado, que la soledad no me indujera a la más absoluta frustración, me gustaría estar un mes encerrado en mi, en mi casa, en un hogar, y ponerme a escribir, tener tiempo para pensar, dejar la puerta más cerrada y atrincherado de todas mis miedos, dar rienda suelta a mi imaginación o a mi alegría o a mi depresión.

Me gustaría en momentos como este, 1:43 de la madrugada del día 8 de Marzo del 2010, poder no pensar en los demás, no querer ver nadie.

Pero no, no es así, y estoy muerto del asco de pensar que mi vida no es pilar para ninguna de las existencias de este sórdido macro-asteroide rezumante de futura materia fecal.

Lo mejor de todo es que no he tenido un mal día (supongo), hacer distinciones cualitativas es de majaderos, ya…

Me la come de canto, dicho así en plata.

Y te digo a ti lector de “esto” (Por si algún alguien se pierde y da con “esto” vía google)que lo jodido no es no poder contar con una mano que te ayude en un mal momento, la gran jodienda existencio-emocional con la que puede que te topes es que en un momento de tranquilidad vital, en la que todo fluye de la forma más aburrida que te puedes imaginar, no seas de ayuda para nadie, no solo que no haya nadie que quiera que le hagas salir del bache, sino que no amenices la vida de tus allegados.
En esos momentos, puede que producidos por neuro-depresores (Quien sabe…), te va a comer el asco, ojala tengas algo con lo que distraerte (publipiamonte@hotmail.com, esa gaceta guapa, diana a la que apuntar para todos aquellos escritores frustrados, solitarios y depresivos).

Escribe, dibuja, lee, escucha, piensa, píntate los cojones con tinta china y hazlos pasar por adornos navideños…

Yo que sé.

Nadie tendría que leerme, mucho menos que tomarme en serio, y ni que decir tiene que hacerme caso es una gilipollez.

Ser gilipollas es divertido.

No es aconsejable, pero chico, no lo son las drogas de diseño, la violencia gratuita, las venganzas planeadas, las mentiras hirientes, las injusticias excluyentes, los sueños imposibles, enamorarse, pensar, masturbarse en la vicaria en presencia del párroco.

Haz lo que te dé la gana, si quieres matarte, échate la soga al cuello, si quieres sufrir hazte un enema con un cactus, si quieres que todo sea difícil, vela por los demás.

Mi único problema es que a lo mejor no quiero ser feliz, la felicidad no consiste en que te salgan bien las cosas, no es un estado al que unos sucesos nos hagan llegar, le felicidad (y-lo-tengo-bastante-claro) es un estado al que nos inducimos, algunos por puro positivismo, otros (como yo… me temo) porque no podemos poner más objeciones.

PD: Todo esto lo digo porque me jode haber estado casi una semana sin intentar escribir.

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